lunes, 19 de noviembre de 2007

VIAJE A VALENCIA (PROLEGÓMENOS)

En el calendario del mundo de la Filología Clásica, el mes de octubre se encontraba marcado en rojo por ser la celebración del Congreso Nacional de Estudios Clásicos que la Sociedad Española de Estudios Clásicos organiza cada cuatro años y donde hay la oportunidad de encontrarse con investigadores y amantes del mundo de la Filología Clásica. Y dado que somos un colectivo en cierta manera minoritario, una oportunidad de ver un número elevado de personas con intereses muy parecidos a los tuyos.

Otro argumento interesante para la asistencia a dicho congreso era la oportunidad de presentar una comunicación con la posibilidad de que ésta aparezca en las actas del congreso si es elegida por la comisión científica. Una comunicación, la única manera en la que un joven investigador puede hacer una aportación en un congreso y darse un poco a conocer. No había más que buscar un tema. Y para no dispersarse lo mejor era tratar algún aspecto relacionado con la tesis.

Dicho y hecho. El verano transcurrió entre libros, papeles y notas con análisis particulares sobre métrica. Mientras, algunos disfrutaban de vacaciones en alguna playa o montaña, yo permanecía al pie del cañón. Por suerte, el trabajo tuvo su recompensa y el trabajo fue terminado una semana antes del congreso. Sólo quedaban revisiones a la búsqueda de posibles erratas y de los cambios inoportunos de palabras que de vez en cuando el ordenador realiza por su cuenta.

Un siguiente paso fue la de localizar un alojamiento. Las complicaciones surgieron cuando se consultaron los precios. Demasiado altos para un bolsillo reducido y más cuando la idea era la de estar los cinco días que duraba el congreso. Las pocas ofertas eran de hoteles que se encontraban fuera del perímetro urbano. Por suerte, no nos dejamos influir por los cantos de sirena, pues al conocer después su situación exacta, la lejanía era mayor de lo pensado y hubiera sido necesario un automóvil para trasladarse. No quedó otra opción que buscar en hostales y albergues. En los comentarios dejados por los clientes era llamativo que al mismo establecimiento se le calificara de muy bien o muy mal, otros sólo recibían elogios y alguno sólo críticas. Por completo desechamos los que tenía sólo informes negativos. Entre diversas opciones al final elegimos una, de la que más hablaré en los capítulos siguientes.

Ya sólo nos quedaba la cuestión del viaje. Tren o autocar eran las dos posibilidades, ya que el precio de un viaje en avión era prohibitivo. La sorpresa vino cuando los conductores de la empresa Auto-res convocaron una huelga que provocó la reducción, entre otros trayectos, del de Madrid-Valencia, sólo había servicios mínimos. Ante tal expectativa, con posibilidad de quedarte en tierra si no se cumplían los servicios mínimos, sólo nos quedó la opción del tren, aunque la vuelta la dejamos abierta para tener más posibilidades y ver si el conflicto se resolvía antes. Y para cuadrar horarios y llegar a una hora digna, coger uno que salía el domingo a las 8.45 de la mañana. No quedaba más remedio que madrugar o en mi caso de no dormir, debido a que el sábado tenía una cena con unos amigos y que se alargaría bastante.

Con estos prolegómenos comenzaba un viaje bastante curioso y, ahora en la lejanía del tiempo, bastante divertido.

(Continuará)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

para otra vez avisa diego que vivo en valencia sola con mi hija y te hubiera hecho un hueco.Un hombre siempre viene bien en una casa, aunque sea unos días.Me pregunto si en caso de ir yo a Valladolid podrías invitarme ¿tienes por casualidad algun "picadero"? En Valencia la mayoría de los becarios se juntan entre varios y alquilan o compran un "picadero".
cuales son tus blogs preferidos?
besos!

Diego Vicente Sobradillo dijo...

Gracias Andrea por loa invitación.
En mi caso no dispongo de ningñun piso de soltero ni los becarios alquilamos un piso de picadero.
Me gustan los blogs que hablen d elibros y que sean literarios sobre todo, pero últimamente estoy tan liado por todos lados que no tengo tiempo para nada.
Espero poder continuar en breve con el relato de mi viaje a valencia.

Un beso.

Anónimo dijo...

Qué fuerte lo que le ha pasado a Ez.
Haces bien con la censura.
Suerte!

Diego Vicente Sobradillo dijo...

La verdad que sí que es fuerte lo que le ha pasado. hay gente que está muy tocada del ala.

un saludo Andrea.